
Cuando tu boca y mi boca
pactan a besarse
son como dos ejércitos
que miran sus espadas
antes de lanzarse a la batalla.
Lento, tibio,
como el paso elástico de un gato
que persigue luciérnagas
en la madrugada.
Un roce primero.
Luego, los dos retrocedemos.
como dos erizos
que se rozan y le temen
a sus espinas eléctricas.
Pero tan solo hace falta una mirada,
tan solo una sonrisa,
y entonces tu boca y mi boca se buscan,
chocan, se encuentran
y hay calor, lucha
humedad del tiempo
y algo sin nombre que se desgarra
en la oquedad del horizonte.
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