
Sólo fuimos
una conversación.
Ni siquiera fuimos nubes
ni duendes transparentes.
Juntos invadimos el silencio
Sin cuerpos y sin manos
Sin piernas,
sin órganos sexuales.
Nada.
Sólo fuimos voces.
Dos simples ecos
que habían olvidado
la boca en que nacieron.
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