
¿Quién dijo que el mar
llegaba hasta la orilla de la tierra?
¿Quién inventó ese límite falso
que impide a los peces
nadar por la llanura?
Tu y yo sabíamos
que esa frontera era mentira…
Juntos vimos a las aves
deshojarse en el aire
y dejar un rastro de plumas
entre el mar y las montañas.
Nuestra mirada todo lo abarcaba.
Nuestros ojos bebían la sierra verde
del mismo modo que en sentían el sabor
de las marejadas salinas.
Tus pies y mis pies paralelos
y en la playa nuestras piernas
se hundían en el agua
y sentían la dureza de la tierra.
El viento tenía pinceladas de océano
y perfume de veredas terrestres.
La tierra y el mar eran una sola masa,
nosotros lo sabíamos y nos reíamos
de la ignorancia de la humanidad entera
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