domingo, 11 de abril de 2010

CUANDO TE DESHACES DE TU PIEL


Cuando duermes, das vueltas en la cama
y te envuelves en tu cobija,
cubriéndote del frío y de la lluvia,
igual a una crisálida
que fabrica su capullo
con lana y edredones.

Así, cada mañana depiertas
y te deshaces de tu manta como una larva simple.

Cada nuevo día emerges de tu lecho
con las alas de tu cadera en vuelo,
renacida, viva,
con la majestad de un ave fénix.

Tu piel libre de ropas,
tu piel morena, suave,
rozada por las burbujas y la luz húmeda
del vendaval de la mañana.

Así, junto con el sol te levantas
y yo soy feliz al ver tu piel desnuda
más hermosas que una legión de de mariposas.

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