
El tiempo y el reloj
son dos amantes
en camas separadas.
Son a la vez una tortuga
y un látigo
que desangra al minutero...
El tiempo, a veces huye
como un caballo asesino
que ha derribado su jinete.
Entonces, abandona a los hombres
en la muerte del espejo
en las arrugas de la frente.
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