viernes, 7 de mayo de 2010

OIGO TUS PIES


Oigo tus pies.

Son como liebres sosteniendo tus pasos.
Libres, rápidos, alegres,
Se parecen a tus hombros redondos
y al grito delgadísimo
de tus ojos felinos.

Tus pies son blancos,
y dejan sobre la playa
huellas delgadas y alargadas
invisibles a los ojos
de las gaviotas hambrientas.

Oigo tus pies...

Son como el arco de un idioma imposible
que se arrastra por los pisos de madera
y que traen contigo su figura
sostenida altas columnas como piernas.

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