
Tú te escribiste a ti misma.
Como un petroglifo,
te tatuaste en la roca.
Por eso, en la oscuridad de mi caverna,
revives dibujada
al primer chispazo de la antorcha
Por las noches, a veces, gotean los racimos.
Mueren los pájaros picoteando la aurora.
Y tú sigues
como siempre,
tallada en la roca,
Tú te escribiste a ti misma.
Cincelada en paredes de granito
tu enigama divierte los sentidos.
Descifarrte es nadar en un pozo de tres aguas.
Como una vena de piedra
ni el viento ni el agua te erosionan.
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