jueves, 11 de marzo de 2010

DESDE EL CAMPANARIO




Desde el alto campanario
el mundo es un hormiguero:
diminutas personas,
sombras, carros y casitas.

Desde allá arriba ya la brisa sopla,
Viajera, sola,
como un ave sin plumas
y sin cuerpo.

Silencio.

En la plaza estás sentada.
Te veo.
Un libro entre tus manos.
La misma brisa que mueve tu cabello
casi me derriba.
Mirándote desde el ojo de las campanas
eres como una hormiga reina

A tu diminuto hormiguero
yo también pertenezco.
Tan solo por un momento
he subido hasta la campana
Y así te he visto
En tu majestad solitaria.

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