
Si me dices no
encenderé otra luz.
Si me dices no
secaré mis ropas al sol
y luego de mi breve naufragio
trataré, otra vez,
de desembarcar en la playa de tus labios.
Si me dices no
dormiré diez días
para reponerme
y volver tras ese sí que late oculto.
Si me dices no
buscaré el tic tac de tu corazón.
Si me dices no
beberé
con vino tu negación.
Si me dices no,
volveré a mi trinchera
para calibrar de nuevo mis cañones
y seguir planeando estrategias.
ASí es..., tanto va el cántaro al agua hasta que se reompe! y nada se consigue sin trabajo.
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