
Dos vapores
que se cruzan
cuando el sol calienta,
derrite y llora.
Dos sustancias
que suben
por el aire,
sin saber
la una
de la otra.
Dos tiempos,
dos relojes
paralelos,
sin tocarse.
No hay murallas,
tan solo
una breve distancia
que lentamente
se va acortando.
Quizás,
vives a mi lado.
Quizás nos hemos visto.
Alguna vez,
incluso,
nos hemos saludado.
Pero ni tú ni yo sabemos,
sospechamos,
que nuestros destinos
algún día
serán el mismo.
Me encanta la sensación de expectativa que produce el poema! Me gusto mucho
ResponderEliminar¿Todos vamos al mismo sitio? No sé.
ResponderEliminarDe todas formas, lo más importante es el camino. Me gustó el poema.
Gracias por el comentario que dejaste en mi blog.
Estaré pendiente del tuyo :)
Saludos