Hace un mes te presté media docena de mis huesos
y aún no me has devuelto ninguna pieza
de mi estructura ósea.
Necesito mi fémur y mi pelvis.
Quiero hacer el amor y no puedo,
sentarme al borde mi cama, jugar
al fútbol.
Necesito mi maxilar para poder
comer.
Ya estoy de harto de digerir
helados y papillas.
Quiero que traigas de vuelta mi
sexta vértebra y mi cóxis
Por último, mi querida Eva,
te pido que me regreses mi
costilla.
Ya tienes tu propio cuerpo y una
piel que me seduce.
A fin de cuentas, Dios nunca me pidió permiso
para extirpar ese hueso de mi
pecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario