domingo, 22 de julio de 2012

FRAGMENTOS












Recogí las astillas del espejo quebrado

donde tu reflejo quedó graficado en segmentos,
como  un rompecabezas
en la pelusa de la alfombra.

Levanté los trozos del espejo,
traté de rearmar tu silueta en las baldosas del patio,
pero por más que lo intentaba
                                                las piezas no encajaban.

Tus ojos no ensamblaban en tu rostro.
Tus manos parecían las de otro ser humano.
Logré unir todas las partes,
pero no era tuya la figura resultante.

En el piso, en los guijarros del espejo muerto,
estaba la imagen de algo similar
a una mujer o un hombre,
con la mirada triste y una herida en el pecho,
con sus pulmones a la vista,
incendiados de colillas de cigarro.

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