
Hay que viajar siempre con la despedida en el bolsillo,
Sin mirar atrás el rastro de los adioses,
Sin morir en el flechazo de un mapa de turista ,
Y prisionero en la cadena de un adiós tras otro.
No hace falta un tren, un avión o trasatlántico.
Solo unos zapatos o sandalias de artesano.
Valijas y cigarros, tampoco te harán falta.
Llévate tu nombre y tus adioses por cinco continentes.
No olvides viajar con la despedida en el bolsillo,
piensa en los amigos que no volverás ver.
Deja un adiós en cada esquina, en las estaciones de autobús,
en las ferias de los circos y en las manos de un gitano.
Llénate los bolsillos de breves despedidas,
no las hagas largas, que no sean billetes falsos,
a cambio de un apretón de manos o un guiño en la mirada
y no regreses nunca, nunca a recoger tus despedidas.
que artista.
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